
Por cuatro o cinco días, todos o casi, pudimos vernos y reconocernos como argentinos, con un origen y un destino en común, cantando con nuestros artistas populares, en la calle.

Ojalá sea un nuevo comienzo, un despertar, para dejar las pequeñeces y continuar la obra de los hombres de mayo, y su ideal de autodeterminación y libertad.
Recuperemos el orgullo de ser lo que somos, ni más ni menos que nadie.
Viva la Patria.

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